El 5 de julio de 1811, se firmó en Caracas el Acta de Declaración de la Independencia de Venezuela, de la mano de “El Libertador”, Simón Bolívar y del “Generalísimo”, Francisco de Miranda. Esto, luego de que el Congreso decidió, aprobar la separación total del Reino de España. Por tanto, ese día fue tomado para celebrar la libertad e independencia del reino español. Siendo así, ¿quién se imaginaría que, luego de 209 años, la isla de Cuba dirigiría las riendas de Venezuela?
Nadie. y es que después de los fallidos intentos de invasión (1963 y 1967) por parte del fallecido dictador cubano Fidel Castro, el fallecido dictador Hugo Chávez Frías (HCF), otorgó a Cuba el acceso y posterior control del gobierno de Venezuela. Actuando hoy día, bajo la venia del narcoterrorista (catalogado así por el Departamento de Justicia de EEUU) Nicolás Maduro.
La invasión de más de 20 años del régimen cubano ha generado, en Venezuela, una de las crisis humanitarias más complejas de toda la historia reciente, ocasionando, entre tantas cosas, la “migración masiva” de la clase media y profesional, pero, sobre todo de la clase más humilde a la que le ha tocado salir del país incluso caminando a distintos países del mundo.
Más de cinco millones de venezolanos han huido en los últimos años
DATOS DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS
Antes de la llegada al poder de Hugo Chávez Frías (1999), pocos se imaginaron que huirían exiliados, por razones políticas o humanitarias, de Venezuela, pero, luego la realidad política, económica y social les llevó a tomar una decisión.
Ahí es donde uno se da cuenta de que dejas tu vida atrás (estudios, colegios, trabajos, negocios, familiares, amigos, conocidos…), siendo esta una de las cosas más conflictivas cuando se toma la decisión de emigrar. No es fácil. La mayoría de las personas que han huido no se plantearon nunca vivir lejos de su país, simplemente se les presentó la posibilidad y aprovecharon a emigrar ante el temor a ser víctima directa o indirecta del régimen chavista dirigido por el régimen castrista.

Editor en Jefe
Después de años de lucha, donde siempre existía la esperanza de lograr la libertad, llega el momento donde te toca afrontar la dura realidad. Y es que te encuentras en una encrucijada donde solo hay dos caminos: el primero, te ofrece mantener la actual vida de necesidades, carestía y altas probabilidades de morir a manos del hampa común o política y, el segundo, la oportunidad de salvar tu vida, pero dejando todo atrás. Es allí donde está el verdadero conflicto interno, porque no quieres dejar lo que tienes, pero no puedes seguir viviendo así.
Cuando te toca partir, no lo piensas, solo sales corriendo llevándote contigo lo más esencial que puedas incluir en una maleta de 23 kg. Entre otras cosas, no puede faltar los documentos de identidad, certificados y títulos apostillados, algún objeto de valor y artículos personales, pero, sobre todo, empacas una carga importante de sueños, que son los que en muchas ocasiones te permiten seguir adelante. Eso sí, manteniendo intacta la esperanza de regresar a tu patria y de verla de nuevo en libertad, esa que hace 209 años los venezolanos declaramos.